diumenge, 26 d’abril del 2015

Mi experiencia viviendo con una familia local en Mirissa

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Sun Vivanta Resort: Alojamiento en una guesthouse muy especial

Una de las mejores experiencias que he tenido en Sri Lanka ha sido la de poder compartir durante unos días mi estancia con una familia local. Como acostumbra a suceder, las cosas llegan por casualidad, pero fue una agradable sorpresa del destino ir a parar a aquella guesthouse.

Llegué a Mirissa desde Unawatuna sin ninguna reserva de hotel hecha. Pensé que una vez allí ya me pasearía y encontraría algún lugar para mí en cuanto a localización y precio. Los hoteles a pie de playa son más caros y también menos tranquilos, así que me dirigí a la calle principal donde están todos los hoteles, una vez cruzas la carretera, junto a la “junction” o parada donde te deja el autobús.
Empecé a preguntar y la mayoría de lugares estaban llenos o eran más caros. 

Pero fui a dar con “Sun Vivanta Resort”, una pequeña guesthouse regentada por una familia local maravillosa. Pregunté y sí tenían libre una habitación para mi. Sólo alquilaban dos habitaciones, y desde hacía tan solo unos 3 meses. La habitación era muy acogedora, aunque el lavabo era compartido y pagué por ella 1500 rs la noche. Compartía el lavabo de la familia, pero para mi, que no soy demasiado exigente, ya me estaba bien. En sí la guesthouse es su propia casa que la tienen abierta a huéspedes, así que el ambiente más casero es imposible.

La familia la forman un matrimonio con sus 3 hijos: una niña y dos niños gemelos, todos ellos adolescentes. Una familia para mi ejemplar, por la buena educación y el excelente trato que ofrecen. El marido trabaja para la administración y la mujer es maestra de matemáticas en una escuela.

Tienen un bonito y grande jardín lleno de árboles frutales que a mí era lo que más me gustaba. Tener ese espacio para escribir, leer y comer al aire libre fue algo clave en mi estancia allí.


Un trato inmejorable

Si algo es digno a destacar de ésa familia es el inmejorable trato que ofrecen al huésped. Me hicieron sentir como en casa! La semana que pasé allí con ellos me convertí en una más de la familia, y lo bien que me sentí allí con ellos no tiene precio.

A cada momento te ofrecían té, dulces que preparaba la mujer y lo mejor de todo, fruta del jardín! Si hay una fruta que me robó literalmente el corazón fue la papaya… en mi vida,  y lo digo de verdad, había comido ningunas papayas tan exquisitas, deliciosas, dulces y tiernas como esas!! Y recién cogidas del árbol.


La madre y yo compartimos muchas horas y muchos ratos juntas.  Durante toda mi estancia allí habíamos tomado muchos tés y aunque no nos entendíamos demasiado por el idioma se había establecido una relación muy bonita entre nosotras. Ella se pasaba el día pendiente de mi… si necesitaba aloe vera para ponerme en la piel después de la playa, si necesitaba jabón para lavar mi ropa, sin quería cambiar mis sábanas… en fin… una dulzura de mujer! Siempre con una sonrisa de oreja a oreja!

Y el padre igual. Siempre que llegaba de trabajar se sentaba conmigo un rato y me preguntaba como había ido el día. Hablaba bien inglés y podíamos tener una conversación más fluida. Siempre se preocupaba por si había comido bien o si ya tenía ganas de cenar. No es el típico hombre ni de ésta cultura, ni de cualquier cultura digamosle “machista” que espera que todo lo haga la mujer. Al contrario, trabajaba muchísimo en las labores de casa y ayudaba mucho a su mujer. Cocinaba, barría, fregaba, planchaba el uniforme de la escuela de la niña, cuidaba del jardín… la mujer decía que tenía mucha suerte, porque su marido la cuidaba mucho! Y eso me encantaba, ver una familia tan unida, con tanto respeto unos por otros.

La familia te ofrecía la posibilidad de desayunar, comer o cenar allí… y las comidas eran un auténtico lujo. Comida en abundancia y deliciosa, toda ella preparada y elaborada por la madre. Así que recomiendo enormemente comer allí con ellos, o aunque sea algunas de las comidas, porque puede salirte mucho más barato que en cualquier restaurante y la comida es auténtica y casera.

Participando en la vida familiar

Como ya he dicho, son una familia muy acogedora y especial. En todo momento me hacían partícipe de su vida familiar y me enseñaban cosas o compartían momentos conmigo. Si iban a coger papayas, me llamaban para enseñarme como lo hacían. Si iban a coger agua del pozo, si venía un señor a subirse a las palmeras a coger los cocos, si plantaban, regaban o hacían lo que fuera intentaban explicarme qué hacían para que yo supiera y aprendiera cosas de allí.

Plantando un árbol

En los día que pasé allí nos cogimos mucho cariño mutuamente, ellos a mí, y yo a ellos. Como digo, yo era parte de la familia… me metía en la cocina a ayudarles a cocinar, les ayudaba en el jardín, hablábamos largas horas sobre nuestras culturas, cosas de mi país, del suyo… en fin, sobre temas que nos ayudaran a conocernos y aprender algo nuevo.

Una mañana el marido estaba regando el jardín y plantando plantas nuevas. Me llamó y me dijo que fuera, que yo plantaría un árbol, así cuando el árbol se hiciera grande tendrían un recuerdo mío. El árbol se llamaría como yo. Que ilusión me hizo! En serio?

Fue muy divertido cavar el agujero con ellos, plantar el árbol, regarlo, cubrirlo de tierra de nuevo… un acto muy simbólico para mí, y que sin duda hacía que mi estancia allí con ellos fuera inolvidable.

A cocinar!

Si hay algo que me encantaba era meterme en la cocina con ellos a mirar como la madre cocinaba para así aprender yo. Siempre me ha encantado la cocina, y siempre que he viajado a otros países, cuando he podido, he hecho algún taller de cocina para aprender a cocinar algún plato típico del país. Lo hice en India, en Vietnam, en Tailandia… y me hubiera encantado hacerlo en Sri Lanka también. Tuve suerte que la madre era super campechana y aunque no hablaba inglés, se comunicaba conmigo como podía y me iba enseñando.

Un día, no recuerdo como salió la conversación, le comenté que en Unawatuna había probado un curry de calabaza delicioso y que me encantaría aprender a cocinarlo. Ella me dijo que no me preocupara, que ella me enseñaría. Al día siguiente iría a comprar la calabaza y la prepararíamos para cenar.

Y así fue… montamos un taller de cocina improvisado super chulo! Además era super divertida la escena, porque estábamos toda la familia allí metida en la cocina. El padre traduciendo los ingredientes, los niños mirando, yo tomando apuntes… La situación era muy auténtica porque la cocina en sí no tiene desperdicio! Es una estancia llena de trastos, vasos, cacharros de cocina y cosas por medio… para nuestro estilo “occidental” aquello es un escándalo, pero para ellos es lo normal. Y a mí me encantaba esa cocina tan auténtica!

El curry de calabaza quedó delicioso y yo ya tengo la receta.
Como cada día la mujer tenía que cocinar para todos, se pasaba largas horas allí metida, y yo siempre entraba a ver qué hacía. Lo que ellos comen cada día es “Rice and curry”, un plato hecho a base de un plato principal, normalmente arroz, y combinado con otros platos más pequeños (4 o 5 habitualmente) que lo comen mezclado con el arroz: dhal, curry de patata, curry de calabaza, pollo, pescado, paparam (una especie de patatas indias crujientes), garbanzos, o lo que sea.
Aquellos “rice and curry” me volvían loca! Pues todo estaba delicioso.

Uno de esos días me metí en la cocina y ayudé a rallar el coco para ver como hacían la leche de coco, que como todo, tiene su secreto.

La despedida

La despedida fue un poco triste, especialmente cuando me despedí de la madre… pues a las dos se nos saltaban las lágrimas de emoción. Pero me fui sumamente contenta y emprendí mi viaje después de aquel paréntesis disfrutando de playas tranquilas…

Recomiendo mucho la estancia en ésta guesthouse, por su trato, su amabilidad, su hospitalidad y toda la ayuda que te ofrecen para el tema de transportes o lo que sea que puedas necesitar, ellos te lo ofrecen encantados.

Ésta es mi experiencia amigos, ojalá tengáis la oportunidad de disfrutar de una familia local, sea esa en Mirissa u otra, pues hace la estancia mucho más especial!


dijous, 9 d’abril del 2015

El principio del fin de la inconsciencia

Actualización 19 de marzo 2016:

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Cintia


Tu también haces falta!

El mundo te necesita urgentemente. El mundo necesita sin demora tu compromiso, tu implicación. El mundo necesita tu sonrisa, necesita tu felicidad,  tu espontaneidad, tu armonía, tu frescura, tu alegría… el mundo necesita tu paz, tu respeto, tu fidelidad, tu pureza… Querido amig@... el mundo necesita tu luz y tu amor! Porqué?

Estamos asistiendo a un despertar masivo colectivo, y tu también haces falta. Eres consciente de ello? El ser humano ha tocado fondo y ha llegado el momento de reinventarnos. La Tierra ha llegado a un estado de deterioro que ya no lo puede soportar más y ante semejante realidad debemos asumir nuestra responsabilidad como seres humanos, quitarnos el velo de los ojos y ponernos todos manos a la obra. Debemos dejar de autojustificarnos, de echar balones fuera, de señalar con el dedo a otros exculpándonos a nosotros mismos. Asumamos cada uno nuestra pequeña porción de responsabilidad y contribuyamos todos al Gran Plan, a la creación, (co-creación mejor dicho) de un nuevo mundo. Nosotros lo hemos (lo estamos) destruyendo, nosotros debemos devolverle a su plenitud y estado original, no crees?

Una radiografía del panorama actual

Los bosques, los mares, las selvas, los ríos y los lagos lloran. Las plantas mueren. Los animales se extinguen. El ártico se deshiela. La capa de ozono se destruye. Mientras unos echan la culpa a los políticos, los otros dicen que son las empresas, los otros dicen que el sistema debe ser cambiado desde la educación, la escuela dice que eso es cosa de los padres… Y que hacemos nosotros ante éste circo? Seguimos contemplando éste partido de tenis donde se pasan la pelota unos y otros, y mientras nosotros seguimos sumidos en un estado profundo de inconsciencia, consumiendo y viviendo entre el cemento, matando nuestro tiempo delante de la televisión y de compras en centros comerciales, alimentando el negocio de grandes multinacionales, sosteniendo un sistema podrido, obsoleto, decadente.


El ser humano hemos atentado contra nuestra Madre, nuestra Madre Tierra. La hemos destruido, la hemos maltratado, nos hemos creído que podíamos hacer con ella lo que quisiéramos y tratarla a ella a nuestro antojo para satisfacer nuestras necesidades hasta que ha llegado un punto de no retorno. La Tierra que fue gloriosa y plena algún día, ha acabado enfermando a causa de nuestro mal uso, y con ella hemos ido enfermando nosotros.

La explicación de porqué ella está así reside en nuestra mente. Hemos ido corrompiendo la mente, llenándola de pensamientos negativos, repetitivos, insanos, inútiles… basados en el egocentrismo, el miedo, el odio… y alejados de nuestra esencia humana: el amor. Se nos olvidó el amor por la Tierra cada vez que talábamos bosques enteros para construir fábricas, cada vez que vertíamos residuos tóxicos a los ríos y mares fruto de nuestra actividad industrial, cada vez que pescábamos cantidades ingentes de peces, o matábamos tiburones, ballenas y muchas otras especies para fabricar cosméticos y jabones. Se nos olvidó dar gracias al Sol por calentarnos un día más, dar gracias a la Luna por ayudarnos en nuestra cosecha, a la lluvia por regar nuestros campos y así poder alimentarnos, al aire por darnos la vida…

Hemos perdido la naturaleza como punto de equilibrio y base en la cual sustentarnos en nuestro día a día. Nos hemos ido alejando de ella y de sus ritmos vitales. Hemos perdido la comunicación con ella, hemos olvidado el lenguaje que nos permitía comunicarnos con ella y así hemos ido perdiendo nuestra sabiduría natural y ancestral también.

En una sociedad como la nuestra donde prima el individualismo se nos olvidó el valor de la cooperación en las cuáles se basaban las sociedades ancestrales. Hombres, mujeres, ancianos y niños trabajaban juntos, y defendían los unos los intereses de los otros desde el respeto, la convivencia y la armonía. La suma de las partes contribuía al todo y no se concebía el bienestar de unos, sin el bienestar de los otros.

Sumidos en un proceso de degeneración

El ser humano empezó a degenerarse como especie cuando empezó a introducir la esclavitud  en beneficio propio. Y así hemos seguido hasta la actualidad, devastando con todo lo que ha ido pasando por nuestras manos: instituciones, economía, política, educación, sanidad… dejando la huella del abuso de poder, del miedo, de la codicia y la necesidad de control sobre los demás. Hemos ido construyendo cárceles y murallas a nuestro alrededor, dividiendo el mundo en porciones, separando naciones, matándonos los unos a los otros en guerras absurdas y conflictos por el territorio, mercantilizando los recursos naturales, castrando las culturas ancestrales, perdiendo nuestra propia libertad y custodiando la libertad de los demás atentando contra los derechos universales.

Dormimos poco, tenemos malos hábitos alimenticios, no descansamos lo suficiente, el 85% o más de la población occidental sufre de estrés, no ofrecemos a nuestro cuerpo y nuestra mente la relajación que necesita y hábitos de pensamiento saludables.  Con la tecnologización de las sociedades y la pérdida del enraizamiento a tierra hemos perdido la armonía que ella nos regala por el simple hecho de existir.

Como resultado a semejante realidad, es obvio que la sociedad ha enfermado y nos hemos sumido en un estado profundo de inconsciencia. Es por ello que estamos todos llamados a despertar, antes de que no sea demasiado tarde…

Restaurando la armonía

Esta era en la cuál vivimos actualmente está a punto de acabar. No podemos seguir así muchos años más a éste ritmo de deterioro del ser humano y de la naturaleza. Detrás de un ciclo llega otro, y no se sabe exactamente cuándo pero la Era Dorada está vislumbrando ya en el horizonte. Llegará antes, cuanto antes despertemos todos. Pese a que aún vivimos en un estado profundo de inconsciencia a nivel colectivo la parte positiva es que millones de personas de todo el mundo han empezado a darse cuenta de la necesidad de un cambio en la Tierra y desde hace años muchos grupos de personas están trabajando intensamente para transformar nuestro mundo.


Si os dáis cuenta cada vez hay más gente interesada por la espiritualidad, el misticismo, las terapias alternativas, las tradiciones ancestrales, la ecología, el intercambio, la dieta vegetariana, el yoga, la meditación… cada vez hay más gente que toma conciencia que no es sano ni positivo vivir con éste ritmo de vida acelerado y deciden hacer cambios en sus vidas cambiando ciertos hábitos alimenticios, trasladándose a vivir a otros lugares, empezando a asistir a clases de nuevas disciplinas y prácticas que les permitan vivir una vida más plena, empezando a leer e informarse sobre nuevos temas, asistiendo a grupos de meditación o mil cosas más. Todo ello es resultado de una amplificación de la conciencia en nuestra sociedad, pero en número aún son una minoría los que deciden despertar y transformarse. Es por ello que todos debemos formar parte del cambio que queremos ver mañana!!


Cada vez proliferan más los retiros de fin de semana y cada vez la gente busca más el misticismo y la espiritualidad como bote salvadidas y cómo vía de regreso a nuestra esencia original. Eso son excelentes señales de cambio! Cuantos más nos vamos transformando más aumenta la vibración de la Tierra, ello provoca que el nivel de conciencia colectivo aumente y como consecuencia de ello el amor se restaura en la Tierra y las personas sanamos. De un modo muy breve, ésta sería la explicación de cómo restauramos el ciclo del ser humano, transformando la sociedad a partir de cambios en nuestro ADN.

Y tú, dónde te posicionas?

Ahora sólo nos queda ponernos todos manos a la obra. Tu decides qué grado de compromiso tomas en la creación del nuevo mundo y tu decides hasta dónde estás dispuesto a transformarte.
Recuerda que todos estamos condicionados por leyes espirituales, una de ellas, la ley del karma. Lo que das, recibes. Pagarás por tus actos, sean de la naturaleza que sean. Recuerda que todo lo que hagas no lo estás haciendo por los demás, por la sociedad, por la gente, por el mundo… lo haces por ti! Y si, claro, de paso ayudas a la humanidad. Pero con cada buena acción que hagas, con cada buen pensamiento que tengas, con cada buena palabra que salga de ti estarás convirtiéndote en creador y protagonista de tu nueva realidad individual y colectiva y estarás atrayendo a ti la semilla del cambio y la transformación.


Desde arriba, estén quienes estén, sabrán de tus buenas acciones y serás infinitamente recompensado por ello. Sin duda!

Amig@, gracias por tomar tu parte de responsabilidad, gracias por sembrar semillas de cambio, gracias por contribuir a traer amor a la Tierra… ese amor que tanto nos hace falta a todos! Gracias por decidir contribuir al Gran Plan! Infinitas bendiciones para ti, bella alma!

Si sientes que éste post puede ser de utilidad para tus amig@s y puede contribuir a traer más conciencia, luz y amor a la Tierra agradecería enormemente lo compartieras… INFINITAS GRACIAS!!!


dijous, 2 d’abril del 2015

Whale watching y playas desiertas en Mirissa

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Bienvenid@ a Mirissa! Si lo que buscas es tener la oportunidad de ver ballenas y delfines éste lugar tiene algo para ti y probablemente te irás satisfecho y con un buen sabor de boca al tener una experiencia que tal vez no hayas tenido nunca…


El pueblo de Mirissa en si no tiene nada en especial, la playa no es de las más bonitas que hay y la elevada cantidad de turistas hace que sea una playa con bastante actividad, pero aún así, como todas las playas tiene su encanto. Para mi, lo mejor fue los largos paseos que me daba al atardecer viendo la puesta de sol… para mi, preciosos!


Si lo que buscas son playas bonitas y tranquilas de verdad a pocos quilómetros las encontrarás, tan sólo tienes que desplazarte un poco para encontrar pequeños rincones de paraíso.
Mirissa está partida por la carretera que va desde Galle hasta Matara, y separa la playa de lo que sería el pueblo en sí. Puedes encontrar hoteles y restaurantes tanto a primera línea de playa como más adentro, cruzando la carretera, lo cual te ofrecerá precios más económicos y alojamientos más tranquilos.

Whale & dolphin watching  
                                      
Nada más aterrizar en ésta pequeña localidad de playa serás acosado por una infinidad de hombres y conductores de tuk-tuk que te ofrecerán tours para ver ballenas y delfines…. Así que prepárate para irlos esquivando o ármate de paciencia para decir con una amable sonrisa “No, thank you…”


Yo contraté el tour en una de las tiendas que lo ofrecen (verás que te ofrecen la posibilidad de contratar tours en la mayoría de hoteles, muchas tiendas, restaurantes, o gente que te para por la calle…) aunque al final da lo mismo con quién lo contrates porque llevan a todo el mundo al mismo lugar de partida, que es en el puerto de Mirissa, lugar donde distribuyen a la gente en los barcos.
Normalmente ellos te dicen un precio, pero siempre es negociable. A mi me dijeron 3500 rs (23€ aprox) pero finalmente me lo dejaron por 2500 (16€ aprox) regateando un poco (en éste país tienes que hacerlo, sinó te arruinan!!).


Mirissa es el único lugar en Sri Lanka y no sé bien en los países vecinos, que puedes ver ballenas y delfines. Como ya se sabe el factor suerte también cuenta para que puedas ver mayor o menor cantidad de éstos maravillosos cetáceos… Normalmente te garantizan que verás ballenas pues lo que hacen es que alargan el tour hasta que se dejan ver. A veces puede pasar que se vean 4, 5, 6…10 y se dejen ver fácilmente… o puede pasar que sólo se vea 1 o 2 y cueste de encontrarlas…

Mi experiencia

Yo tuve bastante suerte pues pudimos ver cuatro ballenas … no está nada mal! Las tres primeras las vimos bastante de lejos, pero pese a todo la majestuosidad de éstas grandes gigantes impone y emociona ver cómo se sumergen o cómo echan agua por el chorro… Pero la mayor suerte fue cuando después de ya casi 5h de tour y ya estábamos a punto de regresar porque llevábamos un buen rato parados esperando y no sucedía nada, de repente a tan sólo unos 20 m apareció una ballena! Se quedó quieta… respirando… echando agua por el chorro… wow!!!! Que pasada!!! La vimos perfectamente, la tuvimos super cerca!! Después de 1 min aprox se sumergió y se fue… y nosotros, con el corazón acelerado y una gran sonrisa en la boca regresamos a puerto. Finalmente el recorrido duró 7 horas que bien merecieron la pena!


Aún así la experiencia con los delfines fue increíble también pues se ven muchos más que ballenas.  Van en grupos de 20, 30, 40… y es sumamente espectacular ver cómo van nadando y saltando unos junto a los otros. Nosotros también tuvimos la suerte en varias ocasiones de ver grupos de delfines nadando muy cerca de nuestro barco lo cual hizo que les sintiéramos muy cerca y pudiéramos observarlos mejor… para mi fue una experiencia sin duda alguna inolvidable y me encantó tener tan cerca a esos animales tan simpáticos e inteligentes que iban sonriendo todo el rato…





Protegiendo a los animales

Tener la oportunidad de ver ballenas y delfines es algo increíble, lo que sucede es que a menudo las compañías que organizan tours para ver éstos animales tan exóticos no lo hacen respetando del todo el medio ambiente y el hábitat de los mismos. Algunas organizaciones se han quejado que algunas compañías son demasiado “agresivas” a la hora de ir en busca de éstos animales y cuando les ven a lo lejos  aceleran el barco para aproximarse lo máximo posible. Recomiendan no acercarse más de lo necesario para no invadir “su espacio” y para no provocar que éstos animales se alejen de la costa “huyendo” del hombre si se sienten amenazados por nuestra presencia.


Lo que si vi en torno a todo este negocio de ver ballenas y delfines en Mirissa es un poco de “trapicheos”. Allí cualquiera te vende tickets para ir a verlas y aparentemente están más preocupados por el dinero que por el medio ambiente y los derechos de esos animales.

Playas desiertas

Sin duda alguna merece la pena desplazarse unos quilómetros para disfrutar de playas desiertas, tranquilas y preciosas… más allá de la agitada playa de Mirissa.
Desplazarse en autobús es sumamente fácil y económico. Te permite ir a playas que están a tan sólo 10-20 minutos de Mirissa y al mismo tiempo te permite ir variando si no quieres estar siempre en la misma.

Polhena beach

Sin duda alguna ésta es la playa que más me gustó! Más que una playa es una zona, un pueblo, que tiene varias playas y pequeños rincones o calas. Yo fui en bus desde Mirissa, y en tan sólo 15 minutos me planté allí. La playa está a 1 km aprox de la carretera, que es donde te deja el bus. Puedes coger un tuk-tuk o bajar caminando.


Yo bajé caminando y disfrutando del bonito camino que te lleva a la playa… mientras observaba la gente local haciendo su vida cotidiana en sus casas, en la calle, en las tiendas… me pareció una gente sumamente ambable y simpática! Todo el mundo me saludaba y todo el mundo sonreía… algo fuera de lo común! Un hombre que estaba dándose una ducha en su jardín al pasar me saludó y muy alegremente me invitó a tomar una taza de té… pasamos un rato super agradable y me contó historias muy interesantes como el tsunami que hubo en esa zona hace 10 años… me contaba que 11 vecinos murieron pero él tuvo mucha suerte que Lord Buddha le ayudó… que suerte poder escuchar esas historias  de vida voz!


Cuando llegué  a pie de playa fui caminando y pasando playas hasta que encontré una que me llamara o que me gustara más… aunque ninguna tenía desperdicio!

Disfruté muchísimo de aquellas aguas calmadas y casi transparentes, en playas de arena blanca y salpicada de palmeras. Lo mejor de todo fue la sensación de estar sola… pues apenas había nadie. Tenía la sensación de estar en un pequeño paraíso privado, un lugar seguro y tranquilo que me permitía nadar a mi antojo, bañarme en el agua durante horas sin tener que preocuparme por nada… Esa zona es genial para hacer snorkel porque hay como una especie de arrecifes y el agua está muy calmada, como si fuera una piscina… 


También puedes encontrar muchos hoteles por allí, si lo que quieres es comer bajo una buena sombra o buscar una hamaca para tumbarte. Pese a lo tranquilo del lugar, ofrece múltiples posibilidades para pasar allí un día o incluso alojarte allí y pasar unos días descubriendo playas nuevas. Te recomiendo una visita a Polhena beach sin duda alguna!!

Talalla beach

Otra de las playas que la Lonely planet anuncia como una de las más desiertas y aún por descubrir es Talalla beach. Es bonita, aunque no espectacular. Pero sí, es sumamente desierta! En la playa hay tan sólo 2 o 3 hoteles y no hay tantos restaurantes cómo encontrarías en cualquier otra playa, lo que le da un toque único y auténtico.


Sin duda alguna pasé un día excelente en esa playa donde apenas me crucé con diez personas (hay que tener en cuenta que ahora ya está acabando la temporada…) Tenía la sensación de que la playa era sólo para mi y esa sensación de inmensidad es muy grande… Yo y el sonido de las olas… Yo y la brisa… Yo y el mar… Una experiencia sublime. Me cogí una cama-hamaca espectacular (no he visto ninguna otra igual en toda Sri Lanka) , y disfruté de un exquisito zumo de papaya y de un delicioso roti de chocolate a última hora de la tarde que me supo a gloria bendita…



Cómo llegar

Para llegar a Mirissa, puedes  hacerlo en autobús viniendo desde Galle o desde Matara. Si dices al conductor que quieres bajarte en Mirissa ellos ya saben, pero debes saber que la parada se llama “Udupila junction” y está justo en frente del hotel “Ocean moon”.

Dónde comer

Durante mi estancia en Mirissa yo comía y cenaba la mayoría de días en el guesthouse donde estaba, pues hacían una comida exquisita, pero os recomiendo encarecidamente un restaurante de comida local donde hacen kottu, arroz, zumos y sobretodo su especialidad son los rotis. El lugar se llama “Nº1 Dewmini Roti Shop” y la distinción que ha obtenido en Trip advisor y Lonely planet bien hacen justicia a lo bien que se come allí. Es un negocio familiar pequeño pero siempre está lleno de gente!


Una sugerencia: el roti de chocolate. Ohhh dios santo... en mi vida he comido un roti igual ni nada que se le parezca, sea pankake o sea lo que sea… crujiente, delicioso, exquisito! Aun ahora se me hace la boca agua sólo de recordarlo…

Dónde dormir

Tuve la suerte de ir a parar a una pequeña guesthouse llamada “Sun vivanta restort”, una casa particular donde vive una familia local encantadora que desde hace tan sólo 3 o 4 meses alquilan dos de sus habitaciones.

De mi experiencia en esa casa con esa familia quiero hacer un post especial donde daré más detalles de mi estancia allí. Sólo digo que mi estancia en Mirissa fue única y singular gracias al calor, la hospitalidad y la acogida de esa gente que me hicieron sentir como en casa, y como una miembro más de la familia… tan sólo debo deciros que iba para 2 o 3 días y me quedé una semana! Si váis tendréis la oportunidad de disfrutar de una buena  y bonita habitación, económica y además de compartir una gran experiencia con gente local. 100% recomendable!



Fishermen en Sri Lanka, una tradición corrompida por el dinero

Actualización 19 de marzo 2016:

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He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Todos buscamos un cliché que tenemos en mente cuando viajamos, “clichés” que hemos ido almacenando a través de imágenes que hemos visto por la tele, en películas y revistas o por escenas y relatos de novelas que hemos ido leyendo.

Por ello, si vas de viaje a Egipto lo que más quieres ver son las pirámides, si vas a Perú subirás a Machu Pichu, si vas a París saldrás al encuentro de la Torre Eiffel o si vas a Grecia harás la visita obligada al partenon… no?

Yo tenía dos clichés sobre Sri Lanka antes de mi viaje, uno era el de los campos de té y el tren viajando a travéy el otro era el de los pescadores subidos sobre sus estacas en la zona del sur.


El primero superó mis expectativas de largo pues he disfrutado muchísimo de esos campos de té y de esos viajes de tren tan auténticos, pero el segundo me ha decepcionado bastante. Es la sensación de tener algo idealizado y ver que luego no se corresponde con la realidad.

Mi experiencia

Cuando estuve en Unawatuna un día cogí un tuk tuk para ir a hacer un pequeño tour por los lugares de interés más importantes de los alrededores. Una de las cosas más atractivas (y más turísticas también) era ir a ver los susodichos pescadores que tanta ilusión me hacía ver. Me los imaginaba  a todos subidos sobre sus estacas, pescando de verdad al amanecer, al atardecer o en cualquier otro momento del día.

Cuál fue mi sorpresa cuando llegamos a un trozo de playa cerca de la población de Kogalle y no vi a ningún pescador pescando, sólo había un grupo de hombres allí sentados “esperando” a que fuéramos llegando turistas. Cuando llegué y vi aquello me quedé un poco petrificada, pues la situación era bastante incómoda. Uno de ellos vino hacia mí y me preguntó: “Photo?” Yo me quedé parada, pensativa, sin apenas saber que responderle. Mi primera reacción fue responderle que NO, que no quería ninguna foto… Le dije: “I don’t know if I want a picture”(No se si quiero ninguna foto…) . “How many?” (Cuántos?)  me preguntó refiriéndose a cuántos hombres quería que salieran para la foto. Le pregunté: “How much?” (Cuánto es?) y él me dijo “Depend how many” (Dependiendo de cuántos hombres salgan en la foto). Ok…. La cosa estaba clara, a más hombres en la foto, más dinero.  Mmmmm… la situación no me gustaba nada… no era que tuviera que darles dinero, pues eso ya se sabe y cuando viajas te pasa a menudo, era más la situación violenta de ver que aquello era un puro teatro y si quería tenía que pasar por el tubo.



Finalmente me pidió 300 rs por uno en la foto. Como? Le dije que no… que 300 rs era demasiado. Yo ya sabía lo que podía pedirle y sabía que me estaba intentando subir el precio. Le dije que 200 rs y aceptó. Así pues, ese hombre con el que había estado hablando cogió su pañuelo y se lo puso en la cabeza, se vistió con su ropa adecuada, cogió su caña de pescar, se metió en el agua y subió a la estaca.
Durante unos minutos estuvo haciendo ver que pescaba mientras yo tomaba algunas fotos. No vamos a negar que las fotos son bonitas, que a mi me encantaba esa imagen que estaba viendo y que de algún modo me quité el gusano de encima, pero también debo reconocer que la situación no era ni de largo lo que esperaba…

Tradiciones que cambian

Asistí a una escena de cine, donde los actores representan muy bien su papel. Pese a todo, entiendo perfectamente los motivos por los cuáles esos tradicionales pescadores que habían  ido transmitiendo su oficio de generación en generación ahora lo hacen para hacerse fotos a cambio de dinero, no ya como fuente de ingresos. Es obvio que de esta manera trabajan mucho menos y ganan mucho más.


Yo no soy pescadora, pero puedo imaginar lo duro que debe ser ese oficio. Levantarse a horas intempestivas por la mañana, meterse en el agua fría muchas veces con la mar agitada, con lluvia o frío… pasarse largas horas allí dentro tal vez sin pescar nada y luego ver que todas las horas que te has pasado allí tampoco te da el dinero que necesitas para vivir dignamente. Seguramente todos haríamos lo mismo.

Reflexión sobre el dinero…

Esa escena me hizo reflexionar acerca del tema del dinero, una vez más el dinero es el eje a través del cuál gira la vida de muchas personas. El dinero no es bueno ni malo, simplemente es y no negaremos que es necesario para vivir y tener una vida digna. Simplemente me vinieron a la mente muchas reflexiones acerca de cómo el modelo capitalista se está imponiendo fuertemente (o ya lo está) por todo el mundo, incluso en poblaciones o “tribus” rurales y ancestrales que han subsistido toda la vida en base a unas reglas de comercio e intercambio y ahora están transformándose y “yendo detrás del dólar” también.


Está claro que somos nosotros los occidentales quienes hemos creado esta cultura del  valor del dinero como fuente principal de intercambio y la creencia de que el dinero es “lo más valuoso e importante” para el ser humano. Detrás de esa creencia hay una gran trampa y la causa de mucha infelicidad cuando uno se descuida de otras cosas que no se pueden obtener con dinero… pero no podemos negar el acceso a una sociedad de bienestar a aquellas economías y sociedades emergentes que también aspiran a una vida diferente y “mejor”. Lo que ellos no saben es que ésta sociedad basada en el capitalismo es una sociedad condenada a la autodestrucción y que es un modelo que debemos empezar a replantearnos por lo devastador que es para el ser humano y el medio ambiente. Lo que ellos no saben es que los occidentales volvemos a nuestras raíces, esas que ellos, los orientales nos aportan con su historia, su cultura y su sabiduría ancestral…

Como sociedad sabremos encontrar el equilibrio entre oriente y occidente?