Actualización 19 de marzo 2016:
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
Preparando mi viaje
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
Preparando mi viaje
Desde hace ya un tiempo cuando empecé a preparar mi viaje
por el sureste asiático sentí una
llamada muy fuerte para ir a Bali. De no ser uno de los destinos que más
tenía en mente, pasó a ser casi una obsesión por la fuerza que esa isla tiraba
de mí.
De repente empecé a conocer gente que había estado en Bali y
todo el mundo me recomendaba que fuera, libros que leía sobre espiritualidad
hablaban de la fuerte tradición balinesa y profunda espiritualidad de la isla,
e incluso tuve dos sueños “reveladores”
que confirmaron mi llamada: debía ir allí!
Cuando empecé a buscar información en Google y a saber un
poco más en profundidad la emoción iba
“in crescendo”. Sentía que Bali podría ser un buen lugar para vivir una
temporada, aunque de momento el destino tan sólo me ha permitido disfrutarla
durante 3 semanas.
Llegada a Bali
La llegada a Denpasar,
el aeropuerto principal de Bali, ya irradia algo especial. Un gran cartel
publicitario te da la bienvendia: “Welcome
to Paradise”… el único rótulo de publicidad que dice una verdad?
Pasamos un par de días en Kuta, una de las localidades más
cercanas al aeropuerto y famosa por el ambiente y la fiesta que allí puedes
encontrar. Nuestro interés no eran los clubs nocturnos y las “happy hours” pero
debo admitir que entre todo ese ambiente fiestero totalmente ajeno a mí, empecé a encontrar rastros de una cultura
que empezaba a enamorarme.
Primeras impresiones
En Bali da igual donde estés… hoteles, restaurantes, bancos,
spas, tiendas, comercios, casas, templos, lugares de interés cultural… todo derrocha esencia y espiritualidad.
Recuerdo perfectamente la mezcla de sensaciones que tuvimos cuando nos sentamos
a comer en un bello y exótico restaurante mexicano en Kuta, un restaurante con
un estanque lleno de peces y una fuente preciosa que impregnaba el aire con su
sonido acuático… y recuerdo cómo me fascinó ver a las camareras haciendo sus
ofrendas, rituales y oraciones delante de los templos que tienen allí dentro
del mismo restaurante. Era mágico, sin más!
Derrochando
espiritualidad
Pases por donde pases, mira hacia el suelo porque por todos
lados encontrarás las omnipresentes “chanang”, que son unas ofrendas a sus dioses hechos con hoja de palma y decorado con pétalos
de flores, dulces, caramelos, incienso, fruta o cualquier otro elemento que
suponga una ofrenda.
Esas ofrendas la hacen la gente, tanto hombres y mujeres,
todos de religión hinduista, y se
hacen a lo largo y ancho del país, aunque mayormente veía que las hacían las
mujeres vestidas con sus bonitos trajes
balineses tan coloridos y llamativos y flores en la cabeza, bandejas en
mano llenas de “chanang” para colocarlos en diversos lugares y un pose pacífico
y devoto que te invitaba a quedarte mirándoles con cara de curiosidad.
Si algo me llamó la atención era como los templos se entremezclaban con las casas y la vida en la calle
con una normalidad aplastante. Con una naturalidad sin igual. A veces pensaba
que era un templo y quería entrar a verlo y resulta que era una casa privada!
Era como un suave baile entre religión y
cotidianidad, entre espiritualidad y vida cotidiana. Y mientras ibas
paseando por sus calles te ibas empapando de vida, de cultura, de belleza…
Otra de las cosas que a primera vista más me impactó fue
cómo la naturaleza se entremezclaba con
las ciudades, las calles, las casas y los templos. Árboles, plantas,
flores, peceras, guirnaldas… eran la decoración natural de un país que vive en
un enclave natural único en el mundo.
Y es que Bali, es mucha Bali. Hablar de “la perla de Indonesia” es hablar de
naturaleza en estado puro. Pura vida. Y eso me atrapó por completo! No había un solo hotel que no fuera bonito,
decorado con gusto. Mayormente rodeado de jardines exuberantes y balcones con
plantas que hacían tu estancia en el paraíso, una experiencia inolvidable.
Simbología balinesa
Tal como comentaba, Bali derrocha espiritualidad, eso es
algo innegable y que se percibe y se respira a simple vista. Por todos lados
encuentras estatuas de dioses, muchas de ellas de Ganesha, la diosa hindú con forma de elefante que atrae abundancia y
buena suerte; símbolos de “Om” y otro símbolo que es como la esvástica nazi
pero con las aspas en sentido contrario y no tiene nada que ver con el nacismo.
Yo venía de viajar por otros países del sureste asiático y
más o menos puedes encontrar similaridades entre unos y otros, pero Bali es
otro mundo aparte. El hinduismo que se
practica aquí, no es por ejemplo el mismo que practican en la India.
A grandes rasgos definiría el hinduismo de la India como más “fanático” y el de Bali como más
“devoto” o “espiritual”, más “relajado” para entendernos.
Para empezar, la
arquitectura de los templos balineses es totalmente única y singular, jamás
había visto nada igual y tan bello! Los templos aquí están construidos bajo otros conceptos geométricos y también con otros
materiales cómo son la piedra de la lava
volcánica, madera, o fibra de coco para hacer algunos “tejados” de templos
o diferentes pisos.
Los balineses creen
principalmente en las buenas y malas energías, y lo que ellos llaman “White
magic” (magia blanca) o “black magic” (magia negra). Para ellos la magia negra
no es lo que a muchos nos viene a la cabeza así como “vudú” o “ouija”, es más
la influencia de energías negativas en lugares y personas que afectan a otros.
Es por ello que centran la mayor parte de su espiritualidad a combatir y neutralizar esas energías
invocando a sus dioses para pedirles protección para ellos, sus casas y
seres queridos y limpiando los espacios
con incienso.
Toda ésta creencia acerca del bien y del mal, lo blanco y lo
negro, lo positivo y lo negativo radica en la creencia de la armonía o
desarmonía entre fuerzas. Ellos buscan
principalmente la armonía mediante la simbología que se encuentra en toda
su cultura.
Por ejemplo en la entrada de las casas tienen dos templos,
uno a la izquierda y otro a la derecha, que sirve para encontrar el equilibrio entre la luz y la oscuridad, el
blanco y el negro.
Ellos asocian el incienso con el elemento fuego, ir al cielo
(paraíso). El buen olor que brinda aporta buena energía, buena vibración y
limpieza energética.
Las flores significan
algo sagrado para los balineses, simbolizan la belleza, la felicidad, la
alegría del corazón. Por eso ponen tantas flores en todas partes, para irradiar
belleza y felicidad.
Las ofrendas que hacen a sus dioses (Ganesha, Shiva, Brahma,
Vishnu….) es para dar gracias. Mas que pedir o suplicar a Dios como lo hace la
religión cristiana mayormente, ellos
hablan con sus dioses para agradecerles todo lo que les brindan:
principalmente comida y protección.
Visitar templos
Puedes visitar la infinidad de templos de la isla en tours
que se pueden reservar en hoteles, agencias y oficinas de atención a turistas o
bien en transporte privado. En sí la isla no es demasiado grande (puedes darle
la vuelta en un día). Si coges un tour de un día las entradas a los templos no
están incluidas, aunque no son demasiado caras (aprox 1-2 euros por persona).
Nos decepcionó bastante las normas de algunos de los templos que por motivos religiosos no dejan entrar a las
mujeres con la menstruación (eso sólo lo vi en uno para ser honesta) o no
dejan entrar a turistas al templo principal (como nos sucedió en el famoso
templo de Tanah Lot) por el simple hecho de ser turistas o de diferente
religión. Para mí eso es algo que no está bien, pues nosotros los turistas
pagamos la misma entrada que todo el mundo, pero luego no tenemos acceso, algo
que suena bastante extraño. Educadamente hicimos una carta de queja, más que
nada para informar cómo nos sentimos de “estafados” como turistas en éste
templo en concreto.
Transporte en Bali
La verdad es que la
conexión entre lugares en Bali es bastante mala y cara. Por todos los
países por donde he ido pasando jamás he tenido tantos problemas para
desplazarme como en Bali. Aquí no hay los omnipresentes buses públicos que por
dos duros te llevan a la otra punta del país.
Mayormente la gente se desplaza en taxi (la opción más cara aunque también la más cómoda), en “shuttle bus” (bastante caro también
para ser un bus, precios para turistas) o en motocicleta (alquilar una scooter es una buena opción pero si vas
con mochila y sois dos puede ser más complicado, aunque sigue siendo la opción
más popular).
El paraíso de los
“spas” y el bienestar
Si lo que buscas es un lugar donde relajarte, darte unos
buenos massages a buen precio (1h, 4 euros aprox), ver lugares increíbles,
bañarte en aguas termales y todo lo que tenga que ver con el bienestar
personal, Bali tiene mucho que
ofrecerte. Clases de yoga, meditación, cursos de sanación, sanación con piedras
y flores, todo tipo de terapias naturales… a mi que todo éste mundo me
apasiona, me volvía loca!
Bali tiene una
riqueza cultural increíble en cuanto a arte, danza, gastronomía, música… y
pese a la fuerte influencia de turistas desde hace varias décadas sigue
manteniendo su esencia, tradiciones y costumbres, lo cual me parece maravilloso
pues parece que allí por donde pasan los “occidentales”, arrasan a su paso.
Obviamente es una isla muy turística y con todas las
comodidades que podemos tener en Occidente. Eso no quiere decir que aquí no
tengan móviles o que aquí no puedas comerte una hamburguesa y patatas fritas!!!
El hecho radica en que su particular
cultura sigue viva y latente.
Uno de las actividades más interesantes que puedes hacer es
ir a ver un espectáculo de danza
balinesa. Es como un teatro donde bailan y representan personajes y
significados relacionados con sus creencias religiosas y espirituales. La música en directo, las ropas y los
movimientos de las bailarinas… son sin duda un espectáculo.
Recomiendo Bali 200%
Amigo@s, sin duda alguna Bali es un universo por descubrir.
Tal como os comentaba yo sólo estuve 3 semanas y vi diferentes lugares (hablaré
de ellos más detenidamente en otros posts) pero lo que tengo claro es que esa
isla me llama y algún día quiero volver para recorrerla en más profundidad,
para ver lugares que no me ha dado tiempo ver, para adentrarme en los misterios
de una cultura que no se porqué motivo me atrae tanto y me invita a descubrir
también una parte de mi que se identifica con “lo que allí se cuece”…
Seguiré relatándoos mis aventuras por Bali y el resto de
Indonesia!
Un abrazo de corazón!
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