dissabte, 28 de març del 2015

Ciudades antiguas de Sri Lanka

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Leyendo la guía de viajes sentía mucha emoción de dirigirme hacia el norte. Empezaba a recorrerme una parte diferente de la isla que olía a historia, a humanidad, a civilizaciones... y eso al que le gusta viajar, conocer, explorar... le hace sentir la magia en estado puro.

De la mitad de Sri Lanka hacia el norte están localizadas gran parte de las antiguas ciudades más importantes del país. Vale la pena perderse por esas ruinas y restos de civilizaciones que hace más de 2000 años empezaron a construirse en la isla de mano de los cingaleses y los tamiles del Sur de la India.

Sigiriya

Ésta gran roca que un día fue un palacio y la fortaleza de un reyes de Sri Lanka, es todo un icono de reclamo turístico para el país. Al igual que si vas a Francia es de obligada visita la Torre Eiffel, en la antigua Ceilán ésta roca de 370m de altura, que años después acabaría convirtiéndose en un monasterio, bien merece una visita pese a los 30 dólares que se pagan en la entrada, lo cuál es un poco excesivo, pero es igual que sucede en otros lugares y templos de interés. Sri Lanka, pese a ser un país muy económico, el precio de las entradas a lugares turísticos es un tanto elevado.


Los jardines construidos en su base le dan una gran majestuosidad, y la roca bajo el cielo azul hace hace un contraste precioso y te invita a querer subir. La ascensión a la parte superior de la roca consta de unos 1500 o 2000 escalones. Nos recomendaron subir a primera hora de la mañana, sobre las 8 a.m. por varios motivos: porque el sol aún no calienta tanto, porque el lugar está menos concurrido pues muchos autocares van llegando desde otros lugares más a media mañana y porque se ve que más para el mediodía o por la tarde acostumbran a volar unas abejas muy grandes que pueden asustarte e incluso picarte. Nosotros así lo hicimos.... así que el madrugón valió la pena! Se tarda aproximadamente una hora en subir pero es un trayecto bonito donde puedes ir parando a tomar fotos de las magníficas vistas.

En un tramo de la subida está lo que se llama "La Puerta del León", una construcción sobre roca de gran tamaño que simula las patas o pezuñas de un león, la cual me pareció fascinante. La parte superior, donde algún día fue el palacio del rey me recuerda a Machu Pichu, por el verde intenso de la hierba que crece y por la disposición de las estancias. Tuve un "deja vú" muy intenso sin haber estado tan siquiera en Perú...



Dambulla

Royal Rock Temple

Ésta ciudad contiene un complejo de cuevas convertidas en templo "Royal Rock Temple" que merece mucho la pena de visitar. El encanto reside en que hay que subir un poco hacia una colina mientras no sabes que es eso tan maravilloso que te vas a encontrar, pues desde abajo, y conforme vas subiendo no ves absolutamente nada... Al llegar arriba, hay cinco estancias formadas por cinco cuevas que contienen infinidad de estatuas de Buda de diferentes tipos, colores y tamaños esculpidas en la roca que le dan un aire a antiguo y sagrado.


Es fascinante ver el trabajo detallado y minucioso sobre la roca, convirtiendo la montaña en un lugar hecho a medida... Éste lugar no sería lo mismo sin esa infinidad de monos jugando y comiendo por los alrededores y algunos de los monjes que suben al templo a hacer sus ofrendas.




Golden temple

Nada más entrar en el recinto me quedé maravillada ante semejante construcción. Éste majestuoso templo bañado en oro con la estatua de Buda de 30m de altura me dejó fascinada. Me encantó subir al templo y quedarme un rato ante los pies de Buda... respirando, sintiendo la energía del lugar, observando a la gente que iba a hacer sus ofrendas, mirando los divertidos monos correteando por allí y comiéndose las flores de loto... otro de los grandes espectáculos que me está ofreciendo éste viaje!

El viaje por esas tierras y ciudades antiguas no acaba aquí... nuestra siguiente parada fue Polonnaruwa, pero esa parada en el viaje la relataré en otra entrada.


Si te gusta el blog que aquí escribo y comparto contigo agradecería lo compartieras con tus amigos... Muchas gracias por leer!





Discovering Unawatuna...

Actualización 19 de marzo 2016:

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Cintia


Después de un par de días en Galle fui a Unawatuna, una pequeña localidad que está a tan sólo 10 minutos de Galle y puedes llegar fácilmente en autobús en cualquier bus en dirección a Matara.
Unawatuna es una zona de playa bastante turística donde puedes encontrar un montón de restaurantes y alojamientos a pie de playa. Como playa no tiene nada excepcional pero está bien, tiene un ambiente agradable pese a que hay bastante gente al menos en ésta época durante el mes de marzo. Aunque no sea el paraíso de la tranquilidad, tampoco está mal ir allí algún día a tumbarte en una de esas hamacas y disfrutar de un refresco bajo una sombrilla o tomar el sol.


Si algo me gustaba especialmente era el ambiente de la playa por la noche cuando después de caer el sol, todos los restaurantes encendían velas y antorchas y la atmósfera era cálida y especial. Además, los días que estuve yo el clima por la noche era fantástico… no hacía ni frío ni calor, y  la agradable brisa invitaba a dejar pasar las horas.


Jungle beach

Sin duda alguna la una de las cosas que más disfruté de los días que pasé allí fue la visita a Jungle beach, una playa que está a 2 km de Unawatuna pero se debe ir en tuk tuk porque hay que ir a la carretera principal y luego tomar un camino de fuerte pendiente arriba, y luego otra bajada… Vamos, que no está tan cerca como para ir andando.

La playa me encantó y la recomiendo muchísimo! El camino de acceso a ella, siendo fiel a su nombre es un tramo de selva, lleno de vegetación abundante, árboles y plantas mientras vas bajando hasta la misma. Es más una cala que otra cosapequeñita y sumamente acogedora de agua transparente y que también dispone de una amplia zona de sombra bajo los árboles para los que no quieren tomar el sol. Hay un restaurante allí donde puedes comer y tomar unos zumos buenísimos y las hamacas justo en la orilla del agua hacen que disfrutes de un día casi mágico fuera de la concurrida Unawatuna.


The peace pagoda

Podréis encontrar ésta enorme y bella estupa en la montaña que va a parar a Jungle beach. Contiene diferentes estatuas de Buda color dorado que simbolizan diferentes etapas en su camino hacia la iluminación. La visita a la pagoda fue muy tranquila y agradable, disfruté mucho de la belleza del blanco con el contraste del cielo azul y el verde de las montañas…



Centro de recuperación de tortugas marinas

Dentro del “pack” de actividades que puedes hacer en Unawatuna y que te ofrecen todos los conductores de tuk-tuk es ir a ver una granja y centro de recuperación de tortugas, a tan sólo 10 min del pueblo. Aunque el precio me pareció un poco caro (500 rs) para lo que es, la verdad es que me pareció interesante entrar y verlo, la mayoría de ellas heridas por embarcaciones o anzuelos de pescadores. Después de ayudarlas a sanar las devuelven al mar, lo cuál me pareció una labor preciosa. También tienen granja de tortugas. Conservan allí los huevos que algunas tortugas han puesto y ayudan con la cría de las mismas hasta que las ponen en libertad.


El centro da a la playa, y se ve que a ése lugar vienen las tortugas por la noche a poner sus huevos. La chica que me hizo la visita era muy agradable.

Kogalle lake

Si tengo que ser sincera yo NO recomendaría la visita a éste lago, básicamente porque no tiene mucho que ver. Lo primero es que el tuk tuk te lleva a un lugar del lago que es un embarcadero donde puedes coger un bote (por 4000 rs) que te lleva a un par o tres de islas dentro del lago. Lo vi como un poco “trampa”. Yo me imaginaba un lago como todos, donde caminar alrededor, sentarte en un banco un rato… pero no, no es así.
Al no aceptar el tour (pese a que ellos insistieron bastante en “colármelo”) el conductor me llevó a otro punto del lago (el otro hombre me había dicho que no se podía ir, que no se podía acceder al lago si no era en barca) y pasamos una especie de puente que nos llevó hacia dentro de una pequeña isla. No se porqué pero no le vi nada en especial. Si no vas, no te pierdes nada. Aunque tal vez es mejor que tu lo valores por ti mism@...


Pescadores tradicionales (fishermen)

Ésta es otra de las “atracciones” que puedes ver en la costa que va de Unawatuna a Kogalle en algunas de sus localidades como  Thalpe, Dalawella o Anangama. Debo admitir que me hacía mucha ilusión ver a esos pescadores, pensando que esa tradición sería algo aún auténtico y vigente en el país. En la guía de viaje, y el conductor de tuk-tuk, ya me habían advertido de cómo habían cambiado las cosas y cómo esa actividad pesquera había pasado a ser un negocio turístico, dónde si quieres tomar una foto, debes pagarle al pescador.
Me lo imaginaba con desencanto… pero la decepción fue aún mayor al llegar allí, cuando vi a un grupo de hombres sentados esperando a los turistas, preparados para disfrazarse con sus trajes de pescador y subirse a la estaca sólo para la foto. El precio por la bonita foto fue de 200rs. No es el dinero en sí, es un “algo” con sabor desagradable lo que me dejó la situación de ver algo bello corrompido por el dinero…


Puesta de sol

El mejor lugar para ver la puesta de sol en Unawatuna puede que sea el restaurante "Blow hole. Sea food restaurant" Allí puedes encontrar "Sunset Terrace", una terraza para ver la puesta de sol, tal como el nombre indica, y se encuentra cerca de la playa, al lado del templo de Buda. Para ver la puesta de sol tienes que acceder por el restaurante y salir fuera donde hay unas rocas como si fuera un rompeolas...




Dónde dormir 

En Unawatuna, yo estuve alojada en el hotel “Village Inn” y pagué 2000 rs por una habitación doble, con lavabo privado. La habitación en sí no estaba demasiado limpia y la mujer que lleva el negocio no es que tuviera demasiadas habilidades comunicativas, pero lo mejor era el balcón con una mesa y sillas y las vistas a un jardín y un trozo de selva que daba al patio interior de la casa donde pasaba un pequeño riachuelo y estaba lleno de plataneros y palmeras. Las vistas preciosas.




Dónde comer

En la calle que baja de la carretera Galle-Matara al centro de Unawatuna puedes encontrar multitud de hoteles, restaurantes y pequeñas paradas de comida a precios más asequibles que en la playa. Pero si lo que deseas es darte un capricho en primera línea de mar te recomiendo el restaurante “Hot Rock restaurant” porque los precios son un poco más económicos que el resto y porque la familia que lo lleva es muy agradable, honesta y cercana. Si váis allí os recomiendo el “Pumpkin curry” (Curry de calabaza). Provadlo y luego me contáis!!

Que disfrutéis mucho de Unawatuna y sus pequeños lugares con encanto!


divendres, 27 de març del 2015

Galle, un paseo por la época colonial

 Actualización 19 de marzo 2016:

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Cintia


Emprendí mi viaje hacia el sur con mucha emoción y ganas de conocer esas tierras llenas de palmeras y exotismo después de haberme pasado más de un mes y medio por las montañas y el norte de Sri Lanka. Galle fue mi primera destinación para iniciar ese recorrido por la costa y la zona de playas.


Había oído maravillas de esa antigua ciudad amurallada con tanta historia a sus espaldas pero sabía que recorrerla y verla con mis propios ojos sería una experiencia aún mayor.

Puedes llegar a ella en bus o tren. Yo llegué en tren desde Colombo (está a 3 horas) y el viaje fue fascinante y muy diferente al que había visto atravesando las montañas y los campos de té. Nada más salir de la capital, las playas y los cocoteros se dejan ver, y esa viva imagen a trópico te sigue acompañando a lo largo del camino.



Una mirada al pasado

Galle es una ciudad a pie de mar, llena de color y de estilo colonial construida por los holandeses a principios de 1663. Para entender cómo y porqué fue construida hay que entender su historia y su pasado dominado por colonias europeas durante varios siglos. Primero fueron los portugueses quienes llegaron al país en 1505 y unos años más tarde, durante su reinado de Kandy, construyeron un pequeño fuerte que fueron ampliando poco a poco con más murallas y bastiones. Posteriormente llegaron los holandeses, quiénes se hicieron con el control de Galle en 1640 y destruyeron parte de lo que los portugueses habían construido.


Después de que los holandeses construyeran el fuerte en el siglo XVII, Galle fue el puerto principal en Sri Lanka y durante más de 200 años fue un lugar importante donde atracaban barcos que viajaban entre Europa y Asia.

Pero la historia quiso que finalmente Galle pasara a manos de los británicos, quiénes se hicieron con ella en 1796 y empezaron a establecer nuevas relaciones comerciales con Colombo. Aún así, la herencia de los holandeses seguía y sigue vigente ofreciéndonos el sabor de una ciudad que vive a ritmo lento y la maravilla de más de 400 edificios entre casas, templos e iglesias que conservan intactos su estructura.


Paseando por Galle

Lo que nosotros conocemos por Galle, “gol” como así la llaman ellos en su idioma, el cingalés, es la ciudad amurallada dentro del fuerte que construyeron los holandeses aunque fuera del fuerte está la vida en la ciudad, bulliciosa y ajetreada como en cualquier otra ciudad de Sri Lanka.

Disfruté muchísimo caminando por la muralla, impregnándome de historia entre el azul del mar, el color tierra de las piedras y el verde de la hierba que crece en ella. Puertas, bastiones, escaleras y faros a lo largo de la misma te obligan a detenerte a contemplar esa maravilla arquitectónica y a tomar unas cuantas fotos.

Después me sumergí por el interior del fuerte y recorrí sus calles. Era fascinante observar esos edificios de estilo colonial, muchos aún bien conservados, otros en proceso de restauración. Multitud de tiendas, boutiques, hoteles, restaurantes y galerías de arte forman el escenario de la singular Galle y hacen de él un lugar muy “chic” y concurrido para artistas, escritores, poetas… y también turistas. Ello hace que no sea precisamente un lugar económico donde alojarse. Vamos que no es el lugar típico de mochileros y “backpakers”. La vida dentro del fuerte es más cara que fuera de las murallas, y los hoteles y restaurantes ofrecen precios más elevados, eso sí, a cambio de lugares exquisitos e idílicos donde saborear una deliciosa cena o donde contemplar unas magníficas vistas. Aún así es de obligada visita, sin lugar a dudas.

 Donde el reloj se para

En ella parece que el tiempo se ha detenido. Definitivamente tuve la sensación que el tiempo allí corría más lento y la vida trascurría a otro ritmo… más sureño, más pausado. Me detenía mirando los detalles de los edificios que tan coloniales me parecían. Puertas, arcos, ventanas y mobiliario de madera con motivos asiáticos y exóticos endulzaban mi vista. Y si algo me gustaba observar en medio de esa maravilla arquitectónica eran las plantas grandes, verdes y majestuosas que daban vida a esos edificios y esas calles.


Su gente, amable y tranquila te invita a compartir con ellos y a sumergirte en un ambiente familiar. Coge un libro, una taza de té o una cerveza y déjate llevar…


Otra de las cosas que más me fascinó fue la vida cotidiana dentro del fuerte especialmente por la mañana, al amanecer, cuando multitud de personas (locales la mayoría) salían a correr y hacer ejercicio alrededor de la muralla, jóvenes salían a las calles a jugar a criquet, perros y cuervos deambulaban y muchos hombres y mujeres abrían sus negocios, barrían las calles y te daban los buenos días. Algo en el ambiente me parecía muy familiar y más que sentirme como una extraña o una turista, me sentía como “en casa”, otra de las tantas casas que me están acogiendo durante mi viaje…

Gente corriendo por la mañana alrededor de la muralla

Jóvenes jugando por la mañana al amanecer a cricket

Hombre contemplando el mar a la puesta de sol

El amanecer, lo que no te puedes perder

Si hay algo que te recomiendo enormemente es que un día te levantes para ver la salida del sol desde el faro que hay en el fuerte. Las vistas fueron espectaculares! Disfruté como una enana admirando ese sol que sale cada día, pero ése día, ese amanecer, en ese lugar, con esa atmósfera me pareció único… El sol rojo, redondo, enorme y majestuoso me dio los buenos días, y yo, rendida a su presencia, le di las gracias por acompañarme un día más.




Siguiendo mi viaje…

En Galle no hay playa pese a que está rodeado de mar. Después de un par de días allí seguí mi viaje, en busca de playas,  palmeras, sol y arena. Mi próxima parada, Unawatuna, una localidad de costa a tan sólo 10 minutos, que me prometía unos plácidos días tumbada en una hamaca y agradables paseos por la arena…

Recomendaciones
  •           Si viajas con bajo presupuesto te recomiendo que salgas del fuerte (15 min. caminando), te des una vuelta fuera de murallas y vayas a comer en alguno de los múltiples restaurantes de cocina local o bien compres comida para llevar (take away) y te la lleves al hotel o te la comas contemplando el mar en las murallas…
  •          El trayecto de la estación de trenes o buses al fuerte son 150rs. Si estás alojado en el fuerte y quieres ir a Unawatuna te recomiendo que cojas un tuk tuk por 400rs. De lo contrario, es cierto que el bus apenas vale 20rs pero tendrás que añadirle el tuk tuk del hotel en Galle a la estación, y de la estación en Unawatuna al nuevo hotel… con lo que acabarás pagando lo mismo. Está a tan sólo 10 min.
  •           Amanecer delante del faro. Ya os lo he recomendado… pero insisto!
  •         Yo me alojé en el Hotel Weltevreden, es de los más económicos dentro del fuerte. Me salió por 2500rs (15€ aprox) la habitación doble. Después de visitar varios hoteles, es el más económico que encontré que tuvieran habitaciones libres. Lo mejor, su ubicación junto a la muralla y las vistas de todas las habitaciones a un jardín interior.

diumenge, 22 de març del 2015

Ella, Nuwara Eliya y Delhousie: Entre campos de té

Actualización 19 de marzo 2016:

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Cintia


Después de pasar un par de días en la bulliciosa ciudad de Colombo y de disfrutar de otro tramo de mi viaje en Kandy y en el centro de meditación Nilambe empecé mi peregrinaje hacia la mitad sur, hacia las montañas y la abrupta vegetación entre campos de té.

Debo decir que no tenía nada planificado en cuanto a una ruta trazada a seguir. Compré el billete a Ella con dos semanas de antelación porque había oído que las plazas se agotaban rápido así que sin pensarlo demasiado reservé mi billete. El día señalado cogí el tren a las 8:48h en Kandy hacia Ella. No recuerdo bien a que hora llegó, deberían ser las 4pm aprox.

Digo que no lo tenía demasiado planificado porque después de visitar Ella volví hacia atrás para ver Nuwara Eliya y Adam’s Peak. Si lo hubiera planeado todo un poco más (es lo que tiene eso de viajar durante 2 años, te relajas tanto… que a veces no te importa el tiempo ni si lo pierdes, ni si lo ganas, ni si te paseas un poco y vuelves a ver algo que ya habías visto antes…) seguramente hubiera ido de Kandy a Adam’s Peak, luego a Nuwara Eliya, Ella y Haputale. Pero bien está… los paseos en tren arriba y abajo y el goce de admirar tan bellos paisajes no tienen precio y fueron más que un regalo el hecho de “volver a repetir”!

ELLA                                    
                                                
Llegué a la estación de tren de Ella y pregunté cómo llegar al centro de la ciudad, o pueblo, o pueblucho… lo que sea… porque no es demasiado grande. Lo que es el centro de la misma es apenas 500 m de ancho. Después todo lo que te vas encontrando son hoteles, casas y tiendas más esparcidas y escondidas por la naturaleza.

El pueblo en si no tiene nada especial, pero los alrededores son espectaculares. Yo apenas estuve un par de días y no pude verlo todo ni hacer todas las excursiones que se pueden hacer, pero mi breve paso por allí fue suficiente para llevarme más que un maravilloso recuerdo.

Little Adam’s Peak

Ésta fácil y adorable subida al pequeño Adam’s Peak lo recuerdo aún como una de las más gratas experiencias que he tenido. Para lo pequeño que es, y lo sencillo de subir… la recompensa es maravillosa. La subida se inicia desde un punto en la localidad de Ella y apenas en 45 minutos estás arriba. Eso tomándotelo con calma. Si vas rápido incluso en media hora lo puedes hacer.  Para llegar a la entrada del camino es aconsejable que preguntes o mires alguna guía de viaje.

Tan sólo entrar en el camino que te lleva arriba ya empiezas a sumergirte entre campos de té a lado y lado y empiezas a maravillarte con esas vistas tan maravillosas que se ofrecen ante ti de Ella Rock, la montaña de enfrente.

El principio de la ruta es camino entre campos de té, luego empieza un tramo de escalones y luego es ya montaña pura, como laderas y pequeños pasos por donde caminar. Una vez arriba tienes como dos pequeños picos, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Ambos con vistas fascinantes. El de la derecha te ofrece unas vistas magníficas a Ella Rock, y el de la izquierda (el cual primero tienes que hacer una bajada para luego volver a subir) ofrece unas vistas espectaculares que yo llamaría como “World´s End” (El fin del mundo), pues la visión es de una profundidad espectacular y la vista se pierde en el horizonte…

Especialmente recomendable para los que no están acostumbrados a grandes caminatas,  para los que les va más la marcha les sugiero que suban a éste pequeño pico y luego sigan su ruta de senderismo por otros lugares.

Ella Rock

Yo personalmente no hice la subida. Conocí un chico alemán en el hotel donde estaba que fue con quién subí a Little Adam’s Peak y con quién visité el lugar, que sí la había hecho y él concretamente hizo la ascensión durante la noche, son 4 horas en total de subida y bajada si no recuerdo mal. Mucha gente empieza a subir a las 4 de la madrugada  para ver arriba el amanecer y no coger las horas intensas de sol durante la bajada.

Al parecer también es una ruta muy bonita donde puedes ir a ver alguna cascada. Para acceder a Ella Rock hay que seguir la via del tren de Ella hasta un punto determinado donde se coge el camino de subida.

Nine arch bridge (El puente de los nueve arcos)

Una de las cosas que más te recomiendo en tu visita a Ella es que visites el  Puente de los nueve arcos (Nice arch bridge). Hay un punto estratégico, un mirador más arriba de la vía donde puedes ver una de las escenas más bonitas y tomar unas excelentes fotos viendo el tren salir del túnel atravesando el puente (fascinante por su altura y la belleza de sus 9 arcos) rodeado de naturaleza a ambos lados.

Lo que más me llamó la atención a mi fue que había mucha gente local allí en las vías. Pensarás… “que locos! Y si viene el tren?” No te preocupes… ellos lo tienen todo controlado… saben a qué horas pasa el tren (solamente pasan 5 al día) y cuando ya está a punto de llegar se apartan. El camino de retorno a Ella, en vez de hacerlo por la montaña lo hicimos bajando hasta la vía del tren y caminando por la misma vía hasta la ciudad igual que hacen la gente local, para acortar camino e ir más directo. Experiencias de viaje que merecen ser vividas…



NUWARA ELIYA

Para llegar a éste otro maravilloso lugar, también muy famoso y conocido por las vastas extensiones de plantaciones de té y “Tea factories” tienes que coger de la línea Kandy-Badulla, bajarte en la estación de Nanu Oya y luego coger un bus o tuk-tuk hasta Nuwara Eliya. Son unos 11km de un pueblo a otro. Así pues, no se puede llegar directamente en tren a Nuwara Eliya.

Las vistas en tren tanto si vienes de Kandy, como si vienes de Ella son increíbles. En mi anterior post hablo sobre la experiencia de viajar en tren por medio de esas tierras y todo lo que verás que hará que tu viaje a Sri Lanka sea inolvidable.

La visita a las plantaciones de té es obligada, y visitar alguna fábrica donde elaboran el té y te explican el proceso no está de más para conocer un poco más sobre el proceso de elaboración de las diferentes variedades y conocer algunas curiosidades más. También te das cuenta de la importancia de éste producto en éste país, el cuál le ha hecho famoso internacionalmente por la calidad y la denominación de origen del té de Ceylan.

Ese día yo iba viajando con unas chicas alemanas que conocí en Haputale y ellas ya habían reservado un guía que las esperaba en la estación de Nanu Oya y las iba a llevar a hacer un tour por allí. Fue fácil y sencillo sumarme a ellas, pues era parte de mi plan también y me saldría mucho más económico.

Llegamos a Nuwara Eliya y para ir a visitar las plantaciones de allí (tea states) la carretera empieza a bajar, como si fueras para el valle. A nuestro paso con el taxi íbamos viendo las magníficas vistas, y fuimos pasando a través de diferentes propiedades. El verde radiante lo llenaba todo y para  mí, cada porción de tierra era única y singular… quería tomar fotos de cada uno de los rincones, pues aunque todos parecían iguales, yo quería inmortalizarlos todos! Soy así de apasionada con la fotografía…

Ramboda waterfall (Cascada de Ramboda)

En un punto en medio de esas plantaciones, hay una cascada preciosa que recomiendo sin duda alguna visitar, la Ramboda waterfall. Para acceder a ella el tuk-tuk te deja en un parking arriba y tu tienes que bajar un camino asfaltado con fuerte pendiente hacia abajo que da a parar a un hotel. Para acceder a la cascada forzosamente tienes que atravesar el hotel. Al salir a la terraza, siguiendo un camino, nada… a tan solo unos metros ya ves y oyes la cascada.


Desde ése punto puedes tomar unas fotos maravillosas pues se ve el verde de los árboles y la cascada al fondo. Pero si sigues el camino puedes llegar hasta un mirador, justo en la base de la cascada donde sientes mucho  más de cerca la inmensidad de la misma. 








Fábrica de té “Blue field tea gardens”

Hay un par o tres de fábricas por allí, pero nosotros visitamos una que se llamaba “Blue field”, para mi gusto un poco más bonita que la otra por fuera, aunque supongo que por dentro es lo mismo y la información y eso es igual.

La entrada a la fábrica es gratuita y un chico te explica todo el proceso. La visita no dura más de 20 min. Luego te ofrecen una taza de té en un edificio aparte donde tienen restaurante, y a cambio sugieren que compres algo en la tienda. En esa tienda venden tés de todas variedades y sabores, aunque los precios son obviamente más caros que en las tiendas normales.

Un guía excelente

Kumar, el taxista-guía que nos acompañó es un hombre muy amable y tranquilo. Tenía un coche taxi, no tuk-tuk, lo que hacía el trayecto más cómodo y confortable. Habíamos acordado con él que nos vendría a recoger a la estación de tren sobre cosa de las 9.30 de la mañana y nos haría un tour hasta la 1 o las 2 del mediodía. Se ve que no les pidió a las chicas con las que iba un precio en especial, dejó entrever que le diéramos lo que consideráramos. Le dimos 30000 rs entre las tres, que es un precio estándar de lo que piden los taxistas por esa ruta y ese tiempo y a nosotras nos salió económico porque cada una pagamos 1000rs por 4 horas de trayecto, lo que viene a ser unos 7€.

Recomiendo enormemente a Kumar por lo bien que nos trató y lo agradable de la visita con él. Su teléfono de contacto es: 077-0669117 (Simba Taxi Tours)


ADAM’S PEAK, DELHOUSIE

En éste post no me centro para hablar de la ascensión a Adam’s Peak (de eso ya hablé en un post anterior), sino para hablar de los simplemente fascinantes, adorables y preciosos campos de té que hay en Delhousie, el pequeño pueblo o lugar de partida, desde donde se comienza la ascensión a Adam’s Peak.

Para llegar a Delhousie tienes que llegar hasta Hatton. Hay trenes desde Kandy o Colombo y luego tienes que coger un bus que dura 1,5h de trayecto hasta Delhousie.

Normalmente la mayoría de personas y peregrinos que van a ése lugar, van de pasada una noche para subir al pico y se van. Yo que estoy viajando por un largo tiempo, en un plan muy tranquilo y “a la caza” de rincones idílicos entre campos de té donde poder pasear, respirar, meditar, escribir y simplemente admirar la belleza del lugar, rápidamente me di cuenta que éste pequeño y remoto lugar perdido entre las montañas sería por un tiempo mi lugar de retiro e inspiración.

Como os contaba, la mayoría va para un día… yo me pasé allí casi 10 días! Estaba alojada en el hotel “White elephant”, justo a la entrada del pueblo, lo que me ofrecía un entorno mucho más tranquilo y a tan sólo unos metros de esos campos que estaban a tan sólo 2 minutos del hotel. Más cerca imposible!

Cada día salía a pasear por medio de esas plantaciones, buscando nuevos caminos, descubriendo nuevas piedras en las que sentarme y nuevos rincones que admirar. Cada día veía trabajar a las recolectoras de té, miraba ése lugar con nuevos ojos y seguía fascinándome y preguntándome cómo es posible tanta belleza… Lo que más me gustaba era la sensación de estar en medio, rodeada de campos a 360º a mi alrededor… una gozada! Adam’s Peak, con su majestuosa presencia allá al fondo, era testigo de mis paseos y de mis grandes momentos de presencia e inspiración.

Gardmore waterfall

Muy cerca del pueblo, a unos 5 km aprox. hay una cascada preciosa también. Qué cascada conocéis que no sea preciosa? Pues ésta es única, sin igual… y no sólo ella, sino el camino que te lleva a ella. El tuk-tuk te deja en un punto donde no puede avanzar más, que estará a 1 km o 1,5km de la cascada. El camino hasta llegar a ella atravesando idílicos campos de té, con el lago de Maskeliya (Maskeliya lake) formando parte del paisaje, con cascadas allá a lo lejos y atravesando tramos de pura selva hacen que la visita esté en el Top 10 de qué hacer en los alrededores de Adam’s Peak.

Una vez te vas acercando a la cascada, hay un  montón de bloques de piedra donde puedes sentarte a contemplarla, o a hacer un picnic… Puedes bañarte pero según me dijeron es peligroso, hay que ir con cuidado. Hay margen más que de sobras cerca de las piedras para bañarte hasta la base de la cascada, pero si te acercas mucho puede pasar que la fuerza del agua te impida salir. Así que para los atrevidos… cuidadín! A la naturaleza hay que tenerle respeto y siempre es mejor preguntar a los lugareños.











Yo, una  Sherlock Holmes de los campos de té

Todo el tiempo que pasé junto a todos esos campos no han apagado mis ganas y deseo de seguir disfrutando de ellos… ahora mismo me encuentro en el sur, zona de playas… pero no descarto en volver! Los huelo, los siento y los busco… y sin duda alguna ellos están siendo grandes compañeros y testigos de mi camino. Esos grandes de color verde activan y alimentan sin límites mi inspiración!

Feliz viaje amig@s!