Actualización 19 de marzo 2016:
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
Como puede ser el mundo tan bello? De donde nace tanta belleza? Cómo puede ser el planeta Tierra un lugar tan fascinante, un museo natural de reliquias y perlas tan increíble? Cuanto más viajo más me enamoro de nuestra Madre Tierra, más valoro el milagro de la Gran Creación y más me doy cuenta de la gran responsabilidad que tenemos todos de cuidarla. Me declaro una infinita enamorada de ella!
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
Como puede ser el mundo tan bello? De donde nace tanta belleza? Cómo puede ser el planeta Tierra un lugar tan fascinante, un museo natural de reliquias y perlas tan increíble? Cuanto más viajo más me enamoro de nuestra Madre Tierra, más valoro el milagro de la Gran Creación y más me doy cuenta de la gran responsabilidad que tenemos todos de cuidarla. Me declaro una infinita enamorada de ella!
Querid@s
amigos, mi viaje sigue y ésta vez os invito a viajar conmigo en las profundidades
de éste bello país en el cual me encuentro ahora, Myanmar. Las dificultades de
conexión a Internet me han dificultado ir publicando entradas, pero tengo mucho
que contaros!
Llegué llena
de ilusiones y esperanzas. Hacía muchos años que tenía ganas de venir a éste
país único en Asia que, aún ahora, derrocha autenticidad. Myanmar es Myanmar.
Ni India, ni Sri Lanka, ni Nepal, ni Tailandia… por sus orígenes asiáticos sin
duda alguna comparten muchas de sus costumbres, pero hay algo que la hace única
y especial, por eso es un destino que no deja nunca indiferente al viajero.
Un toque muy auténtico
Cada país
tiene su toque, sus particularidades que le distinguen de los demás, su manera
de entender e irradiar belleza. Haciendo memoria de los últimos y más recientes
viajes que he realizado, por ejemplo Sri Lanka la definiría como una belleza
exuberante, India como una belleza mística, Tailandia como una belleza exótica
y Myanmar como una belleza simple y calmada.
En éste país
parece que el tiempo se haya detenido y el tiempo corra más despacio. Aquí, a
excepción de Yangón, la capital, no se tiene la sensación de aglomeración,
ruido y masificación como en la mayoría de ciudades asiáticas donde el ruido de
las bocinas y el ajetreo de sus gentes pueden colapsar bastante tu sistema…
Myanmar te ofrece la posibilidad de viajar a ritmo de bicicleta, barcas y
camionetas. Te ofrece la posibilidad de adentrarte en pueblos y ciudades llenos
de arena y polvo en las calles recordándote que la vida de la calle sigue como antaño
en muchos lugares aún.
Myanmar es
un país aun rural, por eso es tan auténtico y puro, y por eso sus gentes son
tan amables y hospitalarias. Si algo me ha llamado la atención aquí ha sido
precisamente su gente… personas con una simpatía y cordialidad desorbitada,
siempre con una sonrisa en la boca, siempre con un gesto de deferencia y
acogida. Siempre con un radiante “mengalaba!” (hola! En birmano). Yo siempre me
pregunto… y son siempre así? Pues sí… lo son! Nacieron con una gracia especial,
y es el de ser infinitamente amables con la gente. Yo no he estado aún en
Nepal, pero también he sentido que allí la gente es así… durante mi experiencia
en viajes, de lo que es hasta ahora, los birmanos se llevan la medalla a la
simpatía y hospitalidad.
Sociedad emergente que conserva su
pureza
Definiría su
gente como unas personas muy puras y
amables, honestas, abiertas de corazón, aun no corrompidas por el sistema
capitalista occidentalizado. Aún no han sido contagiados por “la fiebre del
dólar” pese a que claramente se ve un país en expansión y probablemente en unos
años el panorama será algo distinto.
Pese a que
aquí también ha llegado el fenómeno de los móviles Samsung y se ve a los
jóvenes bastante abiertos en temas de moda, música y otros aspectos “occidentales”,
se ve muy claramente que el país está muy subdesarrollado. La mayoría de la
población vive del campo y mucha de sus gentes viven en el umbral de la
pobreza. Cortes de luz, conexión a internet más que deficiente, casas de lo más
humiles, dificultad de acceso a servicios básicos como sanidad o educación en
muchos lugares… etc.
Conflicto político
El motivo de
éste cierto estancamiento social y cierre de puertas al panorama internacional
es debido a la historia política del país, un país gobernado por el control
militar durante más de 40 años de forma antidemocrática, lo cual ha abierto una
gran fisura en la sociedad entre el ejército y la población. Los birmanos
siguen subyugados al control militar y pese a que en los últimos 4 o 5 años las
cosas van cambiando lentamente, las recientes heridas aún duelen. Son muchos
los atentados, ataques, encarcelamientos, asesinatos y ofensas al pueblo… pero
lo admirable es que, pese a todo, no pierden la sonrisa. Nunca de los jamases.
Un viejo y
tierno monje que conocí en el puente de U-bein, en Amarapura, me contaba
“batallitas” de la historia reciente del país, y con tristeza y amargura en los
ojos me contaba como él fue ingresado en prisión durante 5 años y todas las
penurias de una vida luchando por las libertades. Después de quedarse viudo y
de tanto sufrimiento se metió a monje, y lleva 12 años viviendo así, modo de
vida en el cuál ha encontrado más paz interior. Pese a todo, “el caldo de
cultivo” en éste país sigue latente. Me contaba que en el 2007, hace apenas 8 años,
los militares mataron miles de monjes y monjas que reclamaban sus derechos
pacíficamente en una huelga. Un triste pasado muy reciente que aún marca
fuertemente el presente de los birmanos.
Una sociedad feliz
Algo
totalmente sorprendente es que en éste país, más que en ningún otro, mucha
gente me ha parado por la calle y con una inmensa sonrisa me ha preguntado:
“Are you happy?” (Eres feliz?). Sin duda alguna la base budista que fundamenta
la sociedad es un sostén que les ayuda a ser felices, pese a la adversidad. La
filosofía de vida budista, basada en una vida humilde y haciendo el bien a
otros, siendo generoso y respetuoso con el resto de personas y toda clase de
seres vivos, da paz al que de verdad interioriza este modo de ser y entender la
vida.
Agradables sorpresas que rompen
chichés
Lo
sorprendente es que una vez aquí, las cosas son mucho más normales y cotidianas
de lo que me esperaba. Me imaginaba que a cada momento me iban a ir parando
policías y militares para enseñarles mi pasaporte, o que encontraría múltiples
militares con rifles cargados en las carreteras… pero de eso nada! Nadie me ha
parado, nadie me ha dicho nada, no he visto ningún tipo de control que me
produjera ninguna inquietud, nadie me ha pedido ningún pasaporte… y es más…
siempre me han regalado una sonrisa! Fueran militares, policías, o revisores de
tren.
Eso me hace
reflexionar una vez más que la gente en sí es noble, son los medios de
comunicación y los líderes políticos que pretenden atacar al adversario los que
crean fisuras en la sociedad y pretenden manchar la reputación del otro. Al
menos… esa ha sido mi experiencia en todo momento.
Otro tema es
que en la guía comenta que aquí los extranjeros no pueden sacar dinero de los
cajeros automáticos, siendo obligado traer en dólares desde fuera todo el
dinero que se tenga previsto necesitar aquí. Las cosas habrán cambiado en los
últimos 2 o 3 años, pues yo pude sacar dinero con mi tarjeta de crédito sin
ningún tipo de problema.
El budismo como sello del país
Si hay un
país budista por excelencia, ése es Myanmar. La infinidad de pagodas y templos
que hay en éste país es increíble. Mires donde mires, siempre aparece a lo
lejos, o más cerca, alguna de sus infinitas pagodas doradas o algún pequeño
templo con homenaje a Buda.
Viajar en
bus o en tren es una de las formas de darse cuenta cuán presente está el
budismo pues todo el país, pues a lo largo y ancho, está salpicado de éstas
bellas doradas pagodas, lugares sagrados y templos que crean un aura especial
en éste lugar.
Aun así, es
un budismo que yo percibo diferente al que practican en Sri Lanka. Aquí es como
más tranquilo, más “hacia adentro”. En Sri Lanka es más devoto, más patriota a
nivel nacional… con banderas budistas por todos sitios, con una profunda
devoción cada día de mes de luna llena (“Pooja day” como le llaman ellos) y
homenajes a Buda en cada rincón… buses, taxis, coches, restaurantes,…
¿Qué ven mis ojos?
Una de las
cosas que más me gusta es mirar a mi alrededor, detenerme a observar la gente,
los lugares, las costumbres desde mi silla en un restaurante, mientras paseo
por la calle, mirando desde la ventana del tren… y aquí comparto con vosotros
algunos de mis recuerdos y notas de mi cuaderno…
- -Vendedores de fruta que llevan en los hombros grandes cestos de paja cargados de fruta.
- -Camionetas llenas de gente, todos apretados e incluso subidos en lo alto entremezclados con cestos, frutas, verduras, madera o sacos de lo que sea!
- -Motos y bicicletas transportando familias enteras.
- - Mujeres con largas cabelleras y flores de jazmín en el pelo.
- - Hombres, mujeres y niños con la cara pintada de un amarillo claro. Una costumbre que atraviesa el país de arriba abajo y ellos se lo ponen como protector solar.
- - Monjes y monjas en moto, en camionetas, caminando con paraguas bajo el sol abrasador.
- - Puestos callejeros de lo más austeros y sencillos preparando comidas y snacks deliciosos: arroz con curry, noodles, samosas, sopas de fideos…
- - Hombres y mujeres con “lunguis” (esa tela que les sirve de falda, vestimenta nacional a lo largo y ancho del país y también muy común en otros países asiáticos).
- - Triciclos destartalados que sirven como taxis, pedaleados por hombres de piel morena y gorros de paja.
- - Grupos de monjes y monjas que pronto por la mañana salen todos en fila por las calles a buscar comida por las casas.
- Niños de piel castigada y pies descalzos que se acercan a venderte postales o refrescos.
- Madres y padres con bebés en brazos que al verte alegre y muy amablemente te saludan y te invitan a que hables, cojas o saludes a su pequeño bebé, como un acto de deferencia hacia ti…
- Personas en las aceras y márgenes de las carreteras sentadas sin hacer nada especial, conversando, fumando, riendo,…
- Hombres y mujeres de dientes manchados de color rojo intenso por una hoja que ellos mastican, tipo “coca”.
- Grupos de jóvenes que van por las calles, riendo, escuchando música en sus móviles y te saludan muy amable y respetuosamente, haciéndote sentir que conservan la inocencia pese al paso de los años.
- Mujeres y hombres mayores de piel arrugada pedaleando sus bicicletas, con sus caras pintadas y gorros de paja.
- Niños pequeños jugando en los márgenes de las carreteras medio desnudos, sin juguetes, con cualquier palo o objeto que puedan encontrarse…
- Bueyes, vacas, cerdos, gallinas, gallos, perros y gatos en las puertas de las casas… conservando la esencia de los pueblos, desacelerando el ritmo de vida.
- Puestos de noodles por todos sitios! Sin duda alguna la comida oficial del país!
Seguiré
relatándoos mi viaje por Myanmar a través de mi experiencia por algunas de sus
ciudades y pueblos más encantadores… Gracias por estar ahí, gracias por leerme,
gracias por viajar conmigo!!
Un abrazo a
todos, viajeros y no viajeros!!
Con amor,
Cintia