Actualización 19 de marzo 2016:
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
La vida me sorprende a cada paso que
doy y cada vez tengo más claro que las casualidades no exiten.
Hoy era un día emocionante para mi pues estaba planificada mi
llegada al centro de meditación “Nilambe” antes de empezar
mañana un retiro de 9 días. Estar hoy aquí es una de las primeras
cosas que planifiqué antes de hacer el viaje.
Digo que las casualidades no existen
porque lo que me estaba esperando hoy han sido todo un conjunto de
oportunidades maravillosas que no tenía para nada previstas.
Cuando empecé a preparar mi viaje hace
más de dos meses, supuestamente había hecho ya la reserva en el
centro y supuestamente ya sabían de mi llegada. Digo “supuestamente”
porque ha habido una confusión que no he sabido hasta hoy, pero
dicha confusión me ha traído un regalo maravilloso.
Resulta que en la web de Nilambe aparte
de toda la información sobre el centro, cómo registrarse para los
próximos retiros, información, horarios, etc... hay información
sobre una casa que alquila habitaciones junto al centro de
meditación y yo, sin aún saber como llegué hasta allí,
contacté con la dueña de la casa. Le pregunté si podía
asistir al retiro del 15 al 24 de febrero, si tenían plazas... y
ella me dijo que sí. Lo que yo no sabía es que la casa es
independiente del centro y que los del centro no habían recibido mi
solicitud formal para asistir al retiro.
El caso es que éstos días me
escribió Shamini, la dueña de la casa, para confirmar mi llegada,
y yo pensando que era alguien del staff de Nilambe, le dije
que sí, que por supuesto.
La historia ha ido creándose por sí
misma, por todo un conjunto de hechos. Resulta que yo hoy estaba
alojada en un hostal en Peradeniya, cerca de Kandy, y Shamini y su
marido tenían que pasar por allí para ir a Nilambe. Ellos muy
amablemente se han ofrecido para pasar a recogerme, así me
ahorraba el trayecto en bus y en tuk-tuk ya que queda un poco lejos,
a unos 20 km, con un trayecto considerable montaña arriba.
Casualidades de la vida, la dueña del
hostal donde he estado hospedada yo éstos días (Hillcrest Hantana
Guesthouse) es la hija de la hermana del marido de Shamini...
La situación era un tanto peculiar
porque han pasado a recogerme los dos con su hija de 14 años. Yo
no entendía nada porque él me decía “You will stay in the
house with Shamini”... (“tu estarás en la casa con Shamini)...
Seguía sin entender nada... pero no era eso un centro para muchas
personas? Acaso no iba a haber más gente en el retiro? Y dónde iba
a estar el resto de la gente?
Como decía, no entendía nada, pero
todo era muy normal y fluía con mucha armonía. Ellos son un
matrimonio adorable y he sentido que me pasaban a recoger por la
estación como si fuera una hija más. En el trayecto en coche hacia
el centro de meditación hemos ido charlando, conociéndonos y es
como que ha empezado a establecerse una buena relación entre
nosotros. Pero yo aún tenía que ver que relación tenían
ellos con el centro y acabar de entender la trama de esa historia...
El camino montaña arriba era
fascinante, selva pura y campos de té de un color verde esplendoroso
iban alimentando mi ilusión y ya empezaba a darme cuenta que ése
era el lugar que justo deseaba. Yo les iba contando que iba
buscando un lugar para meditar, para relajarme, para tener tiempo
para escribir... y ellos me iban diciendo que entonces estaba en
el lugar perfecto para mí.
Al llegar arriba de la montaña las
vistas eran espectaculares. Hemos pasado por delante del centro de
meditación y a unos 300m había una casa preciosa en medio de
aquel paisaje idílico. Era su casa. Una casa grande, con
porche, con vistas al valle, las montañas y los campos de té.
Su estructura me recordaba a esas casas de estilo colonial rodeadas
de un bello jardín y ya me veía allí en el porche escribiendo,
leyendo y contemplando la puesta de sol...
Algo me decía que aquel iba a ser
mi lugar durante el retiro. Empecé a darme cuenta que Shamini y
su marido eran dueños de esa preciosa casa y que aunque tenían una
estrecha relación con Nilambe, pues llevan 25 años viviendo allí y
los campos de té que había a la vista eran de la familia de
Shamini, eran independientes. Pero la situación se prestaba a que
yo podría dormir en la casa y participar en el retiro justo a unos
metros de allí... la combinación perfecta.
Al entrar a la casa, ver la preciosidad
del lugar, con grandes cristaleras que daban a la montaña y los
campos de té mientras el sol entraba dentro pensé... “Ahora me
van a pedir una fortuna por estar aquí” Pero resulta que no...
primero que no hablaban de dinero.
Yo les insinuaba que me encantaba el lugar y que me encantaría
alojarme allí pero que todo dependía del precio... Y no había
manera de que me dijeran un precio. Finalmente Shamini me ha dicho
que no le importaba el dinero, que podía quedarme si me gustaba y
que le diera lo que quisiera... ella me había hablado del precio
antes pero supongo que le caí
bien a la mujer...
Cómo? Estaba alucinada,
sorprendida, maravillada!!! Un matrimonio super amable que apenas me
conocía me estaba ofreciendo su idílica casa a cambio de nada?
Si, a cambio de algo, está claro... Yo le comentaba que en el otro
hostal que estaba pagaba 1.100 rupias srilankesas (unos 7 euros) y
ella insinuaba que no hacia falta tanto, que le diera menos...
vamos... un regalito que me ha hecho la vida!!
Han empezado a venirme a la cabeza un
montón de preguntas acerca de la vida, del destino, de las
casualidades, de los hilos que mueven nuestra existencia... he
empezado a comprender que ésto que me ha pasado hoy es un ejemplo
de cómo puede llegar la abundancia a nuestra vida. Llevo tiempo
trabajando la abundancia y pidiendo abundancia al universo... En
muchos libros siempre dicen: “Pide abundancia, creéte que te va
a llegar pero no esperes saber cómo se las arreglará el Universo
para que te llegue, eso déjaselo a él, no es asunto tuyo”.
En éste caso la abundancia no se me ha
manifestado con un cheque de dinero en mi cuenta bancaria, o con un
billete de 500 encontrado por la calle, sino en un corazón
generoso que me abre las puertas de su casa para disfrutar de la
estancia en esta experiencia de hacer un retiro de meditación, tan
importante para mi, a cambio de un precio simbólico.
Me he instalado en uno de los sofás
del comedor temporalmente. Mañana cuando se vaya una pareja de
alemanes (uno de los profesores del retiro y su mujer) pasaré a
dormir a una de las habitaciones que tienen con vistas a los campos
de té y vistas al jardín. La habitación es grande, con lavabo
propio, equipada con mesitas, tocador, armario... es una
habitación bella, hermosa, con una cama grande y sé que mi
estancia aquí será inmejorable...
Tres horas más tarde de haber conocido
a esa pareja me encontraba haciendo una pequeña siesta en un
acogedor sofá-cama que había en el comedor, con unas vistas
espectaculares mientras el sol entraba en la estancia. Mientras,
Shamini dormía también un rato en su habitación. Un aire de
absoluta normalidad se respiraba en el ambiente y yo me sentía como
una hija adoptada y mimada con sumo cariño... La emoción ha
sido inmensa y apenas podía dar crédito ante tanta “suerte”
por poder estar aquí.
Digo “suerte” porque estando en
casa de Shamini voy a poder gozar de una comodidad y de ciertos
pequeños “lujos” como tener agua caliente, luz, una buena cama
grande donde dormir, una habitación espaciosa para mi sola, más
libertad... que si estuviera alojada en el centro no tendría por la
austeridad que implica alojarse en lugares de retiro y ashrams
donde las comodidades son mínimas o más básicas.
Un rato después de habernos instalado,
hemos visitado el centro de meditación y hemos comido allí con el
resto de personas. Ha sido un primer contacto con éste lugar
remoto de Sri Lanka que parece está hecho a medida para mi, pues
todo lo que veo despierta mis sentidos y me hace sentir viva...
El centro, ubicado en medio de la
selva, rodeado de naturaleza, jardines y unas vistas preciosas me ha
encantado nada más entrar. El silencio reina por todos los
rincones y es un lugar privilegiado donde puedes sentir el agua
de una fuente que cae, el croar de las ranas en un estanque, el canto
de los pájaros, el sonido de las hojas que se mueven con el
viento... y disfrutar de esas vistas magníficas donde las
montañas se pierden en el horizonte y donde el sol lo baña todo con
su luz.
Empecé a conocer poco a poco a Shamini
y se ve que la conocen desde hace años pues a menudo pasa allí el
tiempo asistiendo a retiros y a las meditaciones, así que va a
ser en parte una compañera para mí...
Siento un gran agradecimiento hacia
la vida por esos pequeños regalitos que me va haciendo y que
van alimentando mi existencia. Hoy he visto la puesta de sol desde
el porche de ésta casa que será “mi casa” durante los próximos
días y ha sido como saborear un pedacito de cielo.
Con infinito agradecimiento me voy a
dormir. Tan solo son las 21:15h pero mañana a las 4:30 suena
el despertador porque a las 5:00 empieza la meditación de la
mañana. Empiezan unos días especiales donde voy a tener que
adaptarme a un ritmo diferente, levantándome pronto y siguiendo un
programa bastante estricto, pero que lo acojo en mí con suma
gratitud y felicidad por estar aquí.
Ya os explicaré la experiencia del
retiro. Seguro que tendré mucho que contaros en los próximos
días.
Gracias por leerme y gracias por estár
ahí, dondequiera que estés...
Un fuerte abrazo,
Cintia
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