dijous, 12 de febrer del 2015

Saboreando Kandy city

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Salir de Colombo fue todo un placer... empezó a aparecer color verde por todos lados y el contacto con la tierra empezó a hacerse más intenso. Bastaron pocos minutos en tren a la salida de Colombo para percibir el cambio de paisaje. Mi corazón empezó a latir más intensamente ante esa maravilla que empezaba a mostrarse ante mis hojos... palmeras, selvas, campos de arroz... una preciosidad de camino!




La verdad es que la llegada a Kandy no fue demasiado agradable... me encontré con un conductor de tuk-tuk bastante desagradable que intentó timarme de buena manera y al dejarme en la puerta del hostal me pedía el doble de lo que habíamos acordado. Finalmente, después de una pequeña discusión en frente de dos chicos del personal del hotel, los cuales intentaban "defenderme" de aquel tipo, le pagué más de lo acordado pero menos de lo que me pedía y cerré el asunto.

Consejo: Cuidado con los conductores de taxi y tuk-tuk (rikshow)... normalmente intentan timarte por ser turista. Vale la pena informarse de las tarifas para regatear y acordar un precio razonable.

Mi proceso de adaptación ha sido o está siendo bastante lento. He pasado la mayor parte del tiempo sin tener nada demasiado planificado y tomando las decisiones día a día. En muchos ratos, apenas se tan siquiera lo que haré por la tarde o donde iré al día siguiente. Pero eso me ha traído magníficas experiencias con personas que se van cruzando en mi camino, como los últimos 4 o 5 días que he compartido con Max y Kathi, un chico y una chica alemanes, ella minusválida con silla de ruedas. Experiencias múltiples y variadas que no hacen más que enriquecer mi viaje a cada paso que doy...

Conociendo Kandy...

En mi breve paso por Kandy ya he podido apreciar y saborear un poco su esencia y de sus lugares de interés más importantes.

El mayor encanto que tiene es que ésta ciudad está rodeada de montañas. Todo el entorno es un paisaje de selva y árboles, pequeñas casas, calles y templos que se confunden entre la naturaleza. No es una ciudad demasiado grande y por poco que te alejes del centro empiezas a subir calles estrechas de fuertes pendientes colina arriba... pero como todas, tiene su estación de tren, su estación de buses, oficina de correos, mercados, infinidad de paradas y tiendas de alimentos, ropa, electrónica, etc. así como multitud de gente transitando por las calles.

Kandy lake

Hay un gran lago que le da vida y es uno de los centros neurálgicos del lugar. Siempre se ve gente paseando alrededor, madres jugando con sus hijos en el parque, grupos de jóvenes que se sientan en los bancos a charlar... y para tomar carreteras en diferentes direcciones a menudo hay que bordearlo.



The Temple of the Sacred Tooth (El templo del diente de Buda)

Éste fascinante templo budista está localizado en el complejo palacio real del antiguo reino de Kandy. El famoso diente de Buda ha tenido un papel importante en la política del país, pues se supone que quien tenía la posesión del diente, tenía el poder de gobernar. Gracias a la belleza e importancia de dicho templo, Kandy es considerada patrimonio mundial de la UNESCO.

Es uno de tantos que entras y te quedarías horas paseando por sus diferentes salas y estancias. Me maravillaron esos grandes pilares con banderas budistas colgando, ese desfile de personas con flores de loto en sus manos para llevárselas a Buda como ofrenda, esa sala de arriba justo en frente de donde está "el diente" llena de personas orando, esas verdes y altas plantas que decoran el patio, ese olor a incienso que lo impregna todo y te transporta...





Templo budista

A la salida del Templo del diente de Buda fuimos a parar a un precioso templo budista lleno de banderas tibetanas en el cuál nos entretuvimos un buen rato porque era digno de admirar. La atmósfera que se respiraba era de absoluta paz e invitaba a sentarse allí y dejar pasar las horas.

El escenario era conmovedor... una pareja sentados en la parte inferior del templo orando ante buda en una escena absolutamente romántica con las banderas ondeando por encima de sus cabezas y el amor que se respiraba entre ellos, otra pareja con un hombre que estaban haciendo una especie de ritual como si se estuvieran casando o firmando algún compromiso, una mamá que iba con su hija de unos 5 años y un bebé de unos 2 o 3 años que apenas caminaba con estabilidad y caminaban juntos alrededor de la stupa tres vueltas con una jarra de agua que luego vaciaban ante la figura de Buda, una "viejita" con una cara hermosa y dulce que se sentó templallí durante un buen rato mientras oraba y nos sonreía...

Estuvimos más de media hora, pero me llevé un recuerdo fascinante por la dulce mirada de la gente que iba allí, por magia y la quietud que se respiraba en aquel lugar...



Bahirawakande Temple

Ésta estatua de Buda color blanco en lo alto de una colina es uno de los primeros atractivos de Kandy que ven cuando sales de la estación de tren en la llegada a la ciudad.  En las estancias alrededor del templo viven monjes budistas y otras personas. Vale la pena subir pues desde arriba tiene unas magnificas vistas a la ciudad. La estatua es más bonita e imponente de lejos que una vez dentro, pues el recinto algo descuidado y sucio le quita un poco el encanto y belleza que tiene semejante construcción.




Royal Botanical Garden

A las afueras de Kandy se encuentra éste jardín botánico que estaba reservado exclusivamente para la realeza kandyana. Magníficamente cuidado, es sin duda alguna un oasis de paz de 60 hectáreas donde vale la pena pasear durante medio día o incluso donde pasar un día entero. El jardín botánico es inmenso, tiene una gran colección de diferentes tipos de plantas y árboles: palmeras, orquídeas, ficus, especias, bambú, cactus, árboles florales... y grandes zonas verdes de césped y arboledas de pinos donde sentarse a tomar el sol o la sombra, pasar el rato charlando o viendo el gran espectáculo de familias enteras srilankesas que van pasar el día.

Una experiencia inolvidable fue sentarme a comer en el restaurante en medio del parque donde las vistas son magníficas, el sol iluminaba el día y las bugambillas que lo redeaban embellecían el paisaje con su alegre rosa fucsia.















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